Homero Manzi, del gran poeta tanguero al militante político

Written by on 25/10/2013 in Cronica, Periodismo - No comments
Periodismo. Crónica.
Eduardo Pérsico…

Tango

   El día en que se apaguen tus tangos quejumbrosos, tendrá crespones de humo la luz del bodegón…

      (Viejo Ciego, 1926)       

     Homero Manzi, nacido como Homero Nicolás Manzione Prestera (Anatuya, Argentina, 17 de noviembre de 1907 – Buenos Aires, 3 de mayo de 1951), por siempre un lector de ilustración infrecuente, fue letrista de tangos, político, director de cine y autor teatral de repercusión. Y con su alto bagaje creador revitalizó el sesgo “del buen decir poético” en la canción de los argentinos a un elenco de notorios como Enrique Cadícamo, José María Contursi, Homero Expósito, Cátulo Castillo y muchos más. Y  entre su propia producción perviven en la memoria colectiva Barrio de Tango y Malena, con música de Lucio Demare, Milonga sentimental con Sebastián Piana, y Romance de Barrio y Sur, ambos con Anibal Troilo; forzando un magro recuento enriquecdor de nuestra cultura popular.  

       Vecino de Nueva Pompeya, un barrio que le nutriera la temática de sus tangos, en el terreno político Homero Manzi se adhirió muy joven al radicalismo de la línea irigoyenista y sería destacable su entusiasta pertenencia a la Fuerza Organizada Radical de la Joven Argentina (FORJA), entidad formada por intelectuales que aportaron su persistente defensa de los valores del campo cultural al paisaje político de entonces. Una muy recordable intención de obrar en la vida institucional y democrática  de los años 40, precursora de sustanciales debates de interés nacional y que acaso muy atinadamente,  se disolviera como grupo orgánico al llegar el peronismo en 1945.

Homero Manzi      Llegado a Buenos Aires, Homero Manzi viviría en la calle Juan de Garay en el 3500, estudió en el Colegio Abrahman Luppi de la zona, y por vecindad fue amigo de Cátulo Castillo, de su padre el escritor José González Castillo y del pianista Sebastián Piana.  Y además de pergeñar sus iniciales letras tangueras, también muy joven incursionaría en el teatro y la cinematografía. Su tango Malena, quizá su tema más difundido, fue cantado por el actor Osvaldo Miranda en El viejo hucha, película con guión suyo y dirigida por Lucas Demare, con los actores más reconocidos entonces como Enrique Muiño y Franciso Petrone. Su renombre como letrista comenzó por 1924, cuando el entonces exitoso cantor Ignacio Corsini le estrenara un olvidado tema, pero su éxito lo constituyó Viejo ciego, escrito por 1926 y él con dieciocho años, lo presentara al concurso de la revista El alma que canta. Pronto Manzi sería profesor de literatura en los colegios nacionales Mariano Moreno y Domingo Faustino Sarmiento hasta 1930, afiliado a la fuerza irigoyenista de la Unión Civica Radical y jugado activista de la reforma universitaria.

      Durante el gobierno del autoritario general Uriburu a partir de 1930 en Argentina, fue preso un breve tiempo y echado de su cátedra de enseñanza, que lo obligaría a integrar una compañía teatral que actuara dentro del país además de Perú y Chile. Durante la campaña presidencial de 1946 que ganara Juan Domingo Perón, Homero Manzi aquí muy contradictorio se mostró con lo más derechoso de la UCR, el Unionismo, hasta unirse al peronismo definitivamente. Y tanto fue así que el 16 de diciembre de 1947 ya dijera desde Radio Belgrano, la emisora de mayor difusión entonces, “Perón ya significa el continuador de la tendencia inconclusa de Irigoyen. Y nosotros seremos solidarios con la causa de su revolución que es nuestra propia causa. Porque no oficialistas ni opositores: somos revolucionarios”. Esta concepción inmodificable lo haría el Homero Manzi político, nada convencional pero siempre figura respetada por el peso de su gran cultura y trayectoria.  

        En 1948, ya elegido presidente de SADAIC, dirigió la película Pobre mi madre querida sobre su propio guión y en 1950 con igual método, filmaría El último payador. Por entonces aunó a la música de Anibal Troilo la letra de su memorable Sur, y antes de su muerte en 1951 escribiría dos milongas dedicadas al peronismo y grabadas por Hugo del Carril. Y para el final escribiría la letra de Discepolín en homenaje y despedida a Enrique Santos Discépolo, su amigo ya gravemente enfermo. Aunque por alguna irónica y secreta disposición, Homero Manzi moriría a inicios de 1951 y Discépolo ocho meses más tarde, ambos en Buenos Aires. 

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Eduardo Pérsico

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About the Author

EDUARDO PÉRSICO nació en Banfield, Argentina, y vive en Lanús. Publicó: 1978. Crónicas del Abandonado. Cuentos. Editor Mensaje. (Faja de Honor de la SADE) 1982. Gardel Supo Retirarse a Tiempo. Novela. Ediciones Corregidor. 1983. Resistencia Lunfarda. Poemas. Edit. Rueda. 1986. El Olvido está en Libertad. Novela. Editorial Futuro. 1989. De nuevo lejos de Uppsala. Novela. Bell Ediciones. 1991. Un Mundo casi Feliz. Cuentos y Poemas. Ediciones. Trilce. 1993. Nadie Muere de Amor en Disneylandia. Novela. Beas Ediciones. (Premio Fondo Nacional de las Artes) 1995. Cuentos con Mujeres. Beas Ediciones. 1998. Madame Bovary era una Buena Chica. Novela. Beas Ediciones 2001. El Infierno de Rosell. Novela. Ediciones del Leopardo. 2004. Lunfardo en el tango y la poética popular. Ensayo y Glosario. Proyecto Editorial, Ciudad Universitaria de la UBA.

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