Exorcistas en función de médicos

Crítica. Literatura. Medicina. Religión. Sociedad.
Por Gustavo Catalán.

Se ha publicado que en todas las diócesis del mundo, y por orden del Papa Francisco, se cuenta con un exorcista. Concretamente en Mallorca se practican al parecer unos 25 exorcismos al año, a cargo de curas que han seguido el curso —una semana— con que los capacita la Comisión para la Doctrina de la Fe, antes Santa Inquisición y con más muertos a sus espaldas que los causados por todas las dictaduras sumadas. El curso, de duración solo algo menor que lo que tarda en formarse un neuropsiquiatra, debe permitir sin duda, y a más de expulsar al demonio, dar respuestas a las numerosas interrogantes que las supuestas posesiones diabólicas plantean.

¿Sólo son poseídos los creyentes? Porque en otro caso no se echaría mano del sacerdote y, de ser así, bendito ateísmo. ¿El demonio es uno o múltiple? En el primer supuesto, quizá convendría dejar al endemoniado a su aire para evitar el trasvase de Lucifer a otras presas…

Y, por seguir, combatir la incredulidad exigiría de más precisiones: ¿cuáles son los criterios que permiten afirmar la presencia del malvado y su eventual salida? Asimismo, deberían publicarse análisis comparativos sobre la eficacia de los exorcismos versus tratamiento médico, o qué porcentaje es finalmente desposeído tras la magia de los rezos y agua bendita aunque, en el caso de que tras salir el maligno pudiera volver a entrar, ¿supondría ello una emulación del ministro italiano Salvini y su “Me la suda lo que hagáis”?

En cualquier caso, esa Iglesia que no se opuso en su día a la esclavitud, a la pena de muerte, al franquismo o la desigualdad de géneros pero sí a las vacunas o la anestesia, es además la que pone en grave riesgo a enfermos tributarios de tratamientos neuropsiquiátricos y, en parecida línea, sus abismales estupideces (quien no tiene ciencia tenga religión, sugería Goethe), al igual que ocurre con las medicinas alternativas, el Reiki, el brocoli o la auriculoterapia, pueden comprometer el futuro de muchos porque es sobradamente conocido que la fe puede llevar al desastre. Suponer de orígen diabólico una alteración mental obliga a plantearse la conveniencia de que, quienes así piensan, Papa incluido, sean tratados en algún centro especializado en enfermedades psíquicas. Antes o después de ser exorcizados si lo prefieren.

 

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About the Author

J. GUSTAVO CATALÁN Nacido en Guipúzcoa. Licenciado y Doctor en Medicina (1990) por la Universidad de Barcelona. Especialista en Oncología y Endocrinología. Diplomado en Metodología Estadística por la Universidad de París y en Sanidad (Escuela Nacional de Sanidad,1982). Tras ocupar la subdirección del Centro Regional de Oncología de Baleares, jefe de la Sección de Oncología del Hospital General de Mallorca hasta 2002 y, posteriormente, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Son Llàtzer (Ibsalut) hasta 2011. En la actualidad, ejerzo en el ámbito privado. Autor o coautor de más de 100 artículos y diez libros sobre la especialidad. Miembro electo de tres sociedades científicas nacionales y dos internacionales (European Association for Cancer Research y European Society for Medical oncology). He formado parte del comité editorial en cuatro revistas profesionales y becado por trabajos de investigación en ocho ocasiones. En 1987 obtuve el Premio Ciudad de Palma en el área de investigación científica. EN CUANTO A LAS LETRAS… En 1993, el primer libro de relatos: "De una cierta desmesura" (Edit. Prensa Universitaria. Palma de Mallorca) y, en 1997, el segundo: "Mi Giovanna por tres horas". Otros cuentos en volúmenes colectivos (1996, Edit. Noesis, Madrid; Edit. Ergon en 2005 y 2007…). Autor de las novelas “No habrá quien nos pueda separá más nunca” (Edit. Olañeta, Palma de Mallorca, 2000), “La fosa común” (Edit. Huerga y Fierro, Madrid, 2001) y, en la misma Editorial, “Tiempo de Despedidas” (2006) y “Frente a mí” (2014). También colabora en prensa con asiduidad. Autor de la columna semanal “Polvo de Letras” en la revista “Illespress” hasta su extinción y, desde hace 17 años, los domingos, columnista de opinión en “Diario de Mallorca”. Colaborador asimismo de la revista digital "Palabra Abierta", de Eastvale, California. En 2013 inició el blog “contar es vivir (te)” (http://gustavocatalanblog.com).

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